Al acudir a una tienda de productos para bebés como CHICORRON se da cuenta enseguida que muchos de los objetos se relacionan con la falta de capacidad psicomotor de los niños. Cuando son bebés no faltan artilugios con ruedas, entre los que estaría el cochecito, y otros sin ellas, como la hamaca, en la el bebé está al principio más bien tumbado para irse sentando más adelante, pasando por el arnés con muelle que cuelga del marco de la puerta o el asiento que se balancea solo.
Algunos son más necesarios que otros (aunque también podría decirse que algunos son más innecesarios que otros), pero somos muchos los padres que picamos y pensamos que nuestros hijos necesitan algo que les sujete para desplazarse y algo que les mantenga hasta que sean capaces de moverse por sí mismos, ya sea reptando, gateando o andando.
Entre todos estos artilugios podemos encontrar el andador, que es una especie de armazón con un asiento en el que el bebé se sienta o bien se pone de pie, tocando el suelo y con el que poco a poco empieza a desplazarse. Hay quien dice que les van bien y hay quien dice que no, que se les curvan las piernas o que es malo para la espalda. Por ello os realizamos esta pregunta: Andador, ¿sí o no?